Llegamos al rancho que siempre nos cobija : el de Vale, Maty y Ayun. Allí se respira aire de amor, solidaridad y cosa sincera. Después de una deliciosa comidita y más deliciosa charla, fuimos a la plaza desierta.
Empezamos a invitar a la gente que pasaba, medio a gritar a los cuatro vientos lo que iba a suceder y como por arte de magia, empezaron a aparecer desde las distintas esquinas de la plaza, personitas agarradas de las manos que tímidamente y sin decir nada se iban acercando.
Los Spirale llegaron y montaron su espectáculo, la biblio se tendió, una vez más en el piso, esta vez sobre baldosas, y la tarde fluyó bella.
Nuevamente cerramos la visita con nuestro corazón contento y la gratificación de haber cumpido, otra vez más, con nuestro objetivo.
Gracias a los horneritos y a Seba, Sil y sus peques con quienes formamos equipo en Madero!
Tímidamente fueron llegando |
Compañía Spirale en acción |
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