sábado, 11 de abril de 2015

Febrero 2015: San Clemente del Tuyú, Bs As, Argentina

 A inicios de febrero llegamos a San Clemente, en la costa bonaerense. El desafío era enorme
preparando la Biblio para ir a la playa
ya que los espacios turísticos suelen ser hostiles ante propuestas de este tipo y no sabíamos lo que podría suceder en la playa. Los chicos asocian lectura con colegio, los grandes a veces casi no están dispuestos a separarse de la arena o de la reposera...¿resultaría?. 


A media tarde ahí estábamos, en un balneario que nos abrió su espacio hicimos el despliegue: preparamos las actividades, convocamos perifoneando por la playa en la que nos aplaudían al escuchar la propuesta y eso nos alentó bastante. Gracias a la curiosidad innata de los peques hubo varios revoloteando desde temprano preguntando, mirando, volviendo a preguntar y eso nos permitió aumentar el suspenso.
  
Las canciones y los juegos atraparon a chicos y grandes ,y otros se fueron sumando de cerca, otros de lejos, una vez que veían al grupo rodar por el piso, reírse, hacer barullo alegre. El tema es que resultó mucho mejor de lo que pensábamos, los libros no perdieron su magia y en la playa, entre arena, sol y mar, las lecturas, las risas, los juegos y las historias salieron con olor a sal.



 

Enero 2015. Tandil, Buenos Aires, Argentina


Enero 2015

Llegamos a la ciudad de Tandil (Pcia de Bs As) con algunas dificultades con respecto al seguro de la casilla donde transportamos la Biblioteca. Pasamos algunas amarguras al constatar que habíamos estado viajando sin seguro aunque los trámites se habían realizado casi dos meses atrás, antes de iniciar el recorrido. A esto se sumó el daño ocasionado al auto a causa de un robo. Pero como siempre junto a una de cal va una de arena, conocimos nuevos amigos hospitalarios, generosos, de quienes aprendimos cosas bellas y la estadía en Tandil valió la pena. 
Para recuperarnos del mal trago, organizamos una función con Biblioteca incluida en un espacio cultural llamado Rancho La Merced. Su propietario, Alejandro, puso a disposición de corazón este lugar donde, como no podía ser de otro modo, pasaron cosas buenas.




  





Rancho La Merced. Tandil


viernes, 10 de abril de 2015

Desde el 23 al 30 de diciembre del 2014.

Diciembre 2014
Urdampilleta, Pirovano y Vallimanca, Partido de Bolívar, Pcia de Buenos Aires, Argentina.

A fines de diciembre del 2014 (entre el 23 y el 30) visitamos Urdampilleta y Pirovano, ambos pueblos del partido de Bolívar donde fuimos muy bien recibidos por las Delegaciones culturales.
En Urdampilleta realizamos actividades en la estación del ferrocarril, donde nos hospedamos durante una semana. Hubo que vencer el calor, las tardes interminables de pileta y la tranquilidad pueblerina, pero algunos chicos y sus familias se acercaron. Jugamos hasta que se hizo de noche y, a la luz de los reflectores, abrimos los libros durante largo rato.


El Prado español, Pirovano, partido de Bolívar, Bs As.
 En Pirovano la gente participó también animada aunque tímida al inicio. Los libros se abrieron en el Prado español.

 Resultaba gracioso ver el asombro ante nuestra convocatoria la que, como siempre, fue realizada mediante el perifoneo en bicicleta por las calles mansas del pueblo.
Nunca faltan las lecturas compartidas.











    Queríamos ir al paraje Vallimanca (en el partido de Bolivar, Pcia de Bs As ). La gente no sabía cómo definirlo, porque parecía que hasta "conjunto de casas" le quedaba grande y trataban de persuadirnos de que no valía la pena ir. Esto, en vez de desalentarnos, acrecentó nuestra curiosidad y hacia allí nos dirigimos.

 Nos encontramos con unas  diez casas, la escena se nos presentaba complicada ya que no había gente a la vista y además era 30 de diciembre. Pensamos en esperar a que pasara la hora de la siesta pero algo nos decía que nada iba a cambiar demasiado el ritmo, aunque era
Recién llegados a Vallimanca
obvio que en algún momento alguien tenía que aparecer. Paramos frente a la escuela desierta y nos dispusimos a preparar el almuerzo. A lo lejos vemos la silueta de un niño y nos dijimos que donde hay un niño probablemente haya dos: los libros se abrirían y eso daba sentido a nuestra visita.

 Logramos juntar 4 niños pequeños en medio de la calle de tierra y la actividad se realizó con la alegría de siempre.Hubo lecturas, canciones, libros, niños sobreexcitados y muy sorprendidos. Miguel, nuestro títere lector cautivó la inocencia de estos pibes que abrían desmesuradamente sus ojos pero aceptándolo como parte integrante de la banda.

Miguel   
Bajo el efecto de Miguel








Los padres no estaban, las madres se negaron a acercarse, aunque de lejos no nos perdían pisada, en cuanto fueron invitadas encontraron tareas urgentes para hacer y desaparecieron.

 De todo modos, nosotros felices, sentimos haber aportado nuestro granito de arena a esas 4 almitas. Tal vez ese día hayan pedido una historia antes de ir a dormir.